15/11/07

Tormento

A veces es fácil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo, casi conmigo.
A tiempos lejanos busco loarte aún, nunca fue demasiado para ti, eras guapa, tal vez lo eres, pero no has estado a mis ojos desde tiempos inmemoriables que aún recuerdo. Fuimos dos perdidos de la noche, nadie nos quiso ver nunca porque faltábamos a la triste moral de los amantes. Nos besamos día y noche, nunca más de lo suficiente porque nunca fue suficiente para nosotros.
La luna, la cerveza y las sábanas rieron con nosotros, rompimos cristales, apelamos al tacto y terminamos mirando el reloj para darnos cuenta que el tiempo pasaba mas rápido de lo que avanzábamos nosotros, sería todo dejado para otro día que nunca llegó.
Fuimos pareja, que si bien no recuerdo que significa eso, sé que era de dos, y nosotros nos contábamos así, aunque siempre pensé que nos habiamos vuelto uno; uno nunca sabe si uno piensa que igual que su contraparte, y aunque fuiste mi parte no fuiste igual a uno como yo.
Fuimos pareja, buscamos lagunas que se van secando y dunas que van dejando arena regada en el viento, nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad y la oscuridad se acostumbró a nosotros, nos cubrió de mantos opacos y nos dejó pasar el tiempo más lento hasta el amanecer. Fuimos cómplices de lo que existe, y de lo que no.
Fuimos frágiles, y es por eso que es que se escriben mis cartas hacia una mujer como tú, qué mujer has sido!, porque rompimos. La fortaleza nunca fue nuestro fuerte, la destrucción siempre fue lo que buscaron los demás y lo que nosotros conseguimos, terminamos sin guerras sino con acuerdos de paz sin haber luchado, fuimos inconsecuentes e ingenuos para saber que tú y yo tendríamos que haber estado más juntos para entender que no podíamos separarnos. Fuimos frágiles, que fácil es atormentarse después.
Fuimos seducidos por tu sonrisa, yo fui el culpable de dejarme caer, y es que el suelo que tú pisabas resulta atractivo aún, estoy grave de esto que me apega a ti (y que me despega de ti), no sé si amor, no sé si querer, sé que es para ti que eres frágil, sé que hace facil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo, casi conmigo.
Qué infortunio que cuando nos encontramos en situaciones perfectas para los besos, tú no eras tú y yo no fui yo, y desde ese entonces no lo he vuelto a ser. Qué infortunio que mis anhelos de tenerte no fueron los más oportunos y qué oportunidad de amar que estoy perdiendo. La tensión se va elevando y yo me sigo alejando, el tiempo va pasando y veo el reloj para darme cuenta que el tiempo pasa más rapido de lo que yo quiero. Rompo cristales. Apelo al tacto, solo para acariciar mi cabello y pensar que es el tuyo, miro de madrugada por la ventana las estrellas que no se ven en un invierno que está nublado, imagino que estas por encima de una nube esperando a que salte, y es que saltar de la ventana sería un suicidio, y volver a quererte también. Sin embargo aún no te puedo volver a querer porque te sigo queriendo y eso no ha cambiado ni un segundo, un problema que no es problema y, por tanto, no tiene solución.

A veces, es fácil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo. Dímelo a mí! Pero qué sería del infortunio que compartimos si no compartimos también los recuerdos? Yo sé que piensas en mí, nunca tanto como yo en ti, pero si no te recuerdo tú tampoco, y si no te quiero tú tampoco. Y aunque tú me quieres y yo te quiero lo nuestro no es, no será, ni fue, porque cuando vimos el reloj tuvimos tiempo para defender lo que los demás atacaron, pero el enemigo fue más fuerte y nos unimos a ellos, y ni tú ni nadie puede cambiar una guerra que nunca fue nuestra pero como toda guerra, afecta a todos.
Fuimos pasado, ninguno está presente, y del futuro no sé decirte nada. Fuimos pasados por alto y por lo bajo fuimos pisoteados. Fuimos pasado, el reloj nos adelantó muchas horas y se hizo tarde para nosotros, quien diría que luego sería fácil atormentarse recordando andanzas contigo? Tú dijiste que olvidaría rapido, que rápido encontraría amores y burdeles. Es una suerte que siempre te equivocas, que tu percepción del mundo percibe mi querer como una mentira que nunca es seria, y es que tú nunca quisiste amor de mi parte, tampoco quisiste mi arte, no quisiste entender porque entenderme hubiera sido peligroso, y es que de peligros siempre vivimos y por evitarlo nos alejamos y por alejarnos ya no nos protegemos.

. . .y yo te abracé, besé las brasas de tus mejillas, tus ojos nunca miraron mis ojos, mis labios solo miraban tus ojos, tu cabello, muy amable, esperó el momento justo para despeinarse, yo esperé el momento justo para acariciarte y tú el momento justo para dejar que te besaran.

A veces es fácil atormentarse pensando si no debimos, tú lo piensas aún, yo ya no.
Quise encontrar seguridad a tu lado y dejé de arriesgarme, y aunque nada se consige sin riesgo, nada se pierde sin él. Fuimos tragedia, a mis ojos, nos entristecimos intentando ser felices, nos mudamos de situación y ahora estoy aquí, donde es fácil porque soy nadie. Tú aún estás allá, donde eres una princesa y te es fácil porque no te atormentas recordando temporadas que pasaste casi conmigo.
Fuimos perdidos de la noche, pero a ti ya te han encontrado. Yo soy un perdido de la noche, culpable de parte de tu destino, inocente de este tormento. Veo el reloj, suenan cinco campanadas mientras aullan los perros callejeros, se hace tarde (ni qué dudarlo), busco estar solo y aun si no fuera así sería difícil buscarte una copia, y es que eres la única manera que existe para mí aunque no exista forma de tenerte, y es que siempre me serás difícil y seguiré atormentándome recordando temporadas que pase contigo.
Y sera facil, para ti.

Ventanal

Sentado tras el ventanal, con una cerveza entre las dos manos, una para sujetarla, la otra porque no tiene ya nada mejor que hacer. Las piernas cruzadas encima del respaldar del sofá, mirando al techo rugoso a punto de ceder bajo el peso de un cielo que ni más estará en lo alto. Las cortinas abiertas lo suficiente como para que ella vea que yo veo cuando pase por mis sitios, cerradas lo suficiente como para que nadie más se entere de que vivo borracho y sediento de esperanzas narcóticas.
Los ventanales que aún están sucios pero me dejan ver las estrellas con un cielo nublado y unos vidrios que casi no son transparentes y yo que casi no estoy mirando, pero estoy. Sentado tras el ventanal cuando acabo de quedar solo, cuando solo no necesitaba estar.
La búsqueda inconsciente de un futuro, la fe que ya he perdido, los gritos renegando a alguien que ni culpa tiene y ni sabe lo que pasa, el amor que si amor fuese aún estaría aquí ayudándome a no olvidar que soy feliz. La mesa a mi lado que es mejor compañera que las muchas mujeres que han pasado por aquí, no me ha dejado, filtra sus líquidos por ella para beber conmigo, mi compañera de resaca y la resaca que no duele sino gusta.
Sentado tras el ventanal termina la historia que nunca debió empezar, y obstinado contra los dioses y destinos que no me pertenecen busqué por cuenta propia, y fui encontrado por cuenta ajena, y los labios que no saben si unirse y luego no saben si separarse, hay que darles tiempo para ver si aún existen, hay que darles tiempo para ver si aún se puede ver, una vez más.
Las luchas en silencio, el daño sin querer queriendo, las lágrimas que nunca deben caer por orgullo y el orgullo de haber vivido más de la cuenta, como siempre, casi.

Sentado, ya no se si tras o delante del ventanal, la cerveza se me acaba y el alcohol aún no termina conmigo, sigo vivo y consciente, los pocos humos de mis muchos cigarros hacen más nubes hacia un cielo que ya deje de ver porque esta más alto de lo que puedo llegar, osadía de aspirar por arriba de lo que mis pies pueden saltar y hastiado de conseguir por abajo de lo que mis pies pueden pisar. La repugnancia magnética, lo que atrae mi cuerpo, lo que atrae mi mente y mis palabras que salen hacia el aire porque les da miedo caer hacia el suelo, lo que atrae mi musica y las melodías baratas que regalan centavos a un bolsillo que no necesita pero se encandila dentro de la vanidad figurativa.
Todo lo malo que se atrae, lo interesante que se consigue y lo que te deja. Te deja al vacío esperando la luna llena en días de solsticios equitativos, equinoccios soleados en lo que más se puede. El tiempo que nunca llega hasta que es muy tarde, los uno, dos, tres días que recuerdas y los cuatro cariños que se esconderán tras la almohada, los finales tristes que no tienen final, la maldad que se mete en nuestros poros, la humildad de reconocer que uno está enamorado y la vanidad de estarlo.

Sentado, sentando ideas, pensando hasta quedar somnoliento, bebiendo ya el ultimo sorbo porque siempre es bueno acabar antes de dormir y siempre es bueno dormir antes que acabar, dando la última pitada de lo que se llama fumar a lo que se le llama cigarrillo, desnudándome para tomar un baño de lágrimas, llegando por las escaleras hasta un sofá que de recuerdos me mata y que de descanso me colma, el intermedio de una travesía peligrosa hasta mi dormitorio que ya no me quiere ver mas que para acostarse conmigo, la llegada a mi puerta antes de caer rendido y de rendirme sin haber peleado por lo que quería. Y es que así es mejor para los dos, o para mí solo; es mejor porque eso fue lo que dije y cuando se trata de salvarme no me equivoco, aprender a defenderme sin atacar y aprender a atacarme cuando nadie puede verme ya, la ironía de quererte y el querer ironizar lo que me queda en estos fines de semana que no solo terminan con estos siete días.
Sentado, tras otro ventanal, en mi cama, sin cerveza, sin cigarrillos, sin luz, sin calor y sin nada de eso que sirve para satisfacerme; me quedo en silencio para darme tiempo, y para darte el tiempo que tú necesites para terminar.
Acostado, mirando al techo mirar, esperando que el tiempo pase sin verme, así ya no tener miedo de ver hacia atrás.
Acostado, mirando lo que recuerdo de la mar, esperando que pases tu tiempo sin verme, así ya no tener miedo de terminar, una vez más.

Así empezó mi noche... ojalá fuese viernes

La noche tiene nombres y significados ocultos en la oscuridad.
Uno de aquellos nombres siempre se me olvida, y es que para nombres siempre fui malo, pero algo que recuerdo bien, es que ese nombre aún suena a suerte de tambores en una parte de mis intestinos, una cosquilla gigantezca que solo crece cuando otro ser con un nombre que valdría la pena mencionar si estuviera aquí se acerca.
Creo que se llamaba amor.
La noche tiene nombres como amor, y significados que se ocultan (por supuesto) mejor que los nombres, en la oscuridad.

Ojos de Horizonte

Me han dicho que tienes ojos de horizonte, no les creí hasta que llegó la tarde, cuando caía la noche, mucho más rapido de lo que se levanta. Arriba el occidente!
Me han dicho que tienes algo de mar, tu sal y mala suerte, tu espuma que solo existe cuando terminas, tu aroma a lobos marinos y a delfines de infinitos, caray tu humedad y la de tus labios, caray que yo te amo.
Me han dicho que cantas en las playas, que eres sirena, que eres arena. Tal vez seas canción y mar, sirena, arena, mi reina, reina morena, bronceado de guerras de soles, y el sol es amor, amor es la luz y la luz el sol, todo uno, uno y trino, sangre y vino, tu mi religión de cánticos de playa.
Me han dicho que eres fuerte como las olas, fría como viento de invierno y mañanita, esperanzadora como cada nuevo día, horizonte en el ocaso y mi amor cada noche, luz cada día, belleza en tu imagen, auge de la retina, silence.

Buenas tardes, soy yo y llego cuando usted es usted y yo creo que lo es, porque sus ojos no me engañan, eres mar y he escuchado tu cántico en el ocaso antes de nadar en ti.
Soy yo y quiero decir que aunque yo no lo sepa, se que algo quiero y en algo la quiero. Beso.

Buenas noches, sé que algo he querido y en mucho la quiero, y desde este segundo la espero hasta que vuelva mañana al ocaso con sus ojitos de horizonte y con la promesa de que cantará la canción del atardecer.
Beso.
Silence.

(Y todo porque la vida se bifurca en bifurcaciones bifurcadas en divisiones divididas y asi sigue, créeme.)