Dime cuántas veces
Fuera del Resto
Ya sabes quién soy, dime quién eres, dime por qué te he buscado y por qué te has dejado encontrar, por qué no te has escondido antes que yo llegase a llegar.
Si tú lo sabes, confiésame qué fue imposible entre nosotros, yo no lo veo porque mis manos cubren mis ojos y porque nunca he aprendido a mirar.
Yo no estoy muy convencido de lo que sucede, yo no estoy bien y no sé si tú lo estás porque no estás, cargo mi memoria algunos segundos y la corriente no corre en tus antiguos ojos cuando dices mirarme y yo no sé hasta qué punto he hecho mal las cosas para que tú no puedas quererme como yo quisiera que me quisieras, no de la forma que me quieres tú sino algo inferior y, por tanto, más lejos de los ojos ajenos y más cercanos a lo que queda de tu corazón.
Dime dónde te has quedado y dónde te puedo encontrar, dime que duermes bien porque si no podría mandarte pedacitos de sueños, y plegártelos sería compatible porque todos son sueños sobre ti.
Dime qué mierda! Qué carajos ha pasado en la vida que conocía, la que me dejaba ser un soldadito y defender lo nuestro y buscar que solo alguien apropiado entrase a tu corazón que sé que fue mío tanto como tuyo el que llevo yo.
Dime dónde hemos quedado y dónde te has quedado a pasar la madrugada para regalarte un girasol en la mañana y girar a tu alrededor a medianoche, pulirte de besos en la cocina y ganarte porque ya no puedo perder.
Dime si es mi silencio como el tuyo, dime si es mi voz lo que no ves esta vez, dime si no escuchas mi canción y si me buscas cuando te gana el recuerdo y te pierdes en la nostalgia de segundos que fueron más felices que los minutos de hoy, dime si te acuerdas de mi nombre o si recuerdas la clase de hombre que solía ser.
Dime si tus deseos son reales o si te eres infiel a tu condición, escríbelo en tu diario que yo lo robaré cuando haya ocasión, dime si miras tus ojos y sabes que no es la misma expresión, dime si es que alguien intenta invadir tu razón que es mi razón para seguir pensando en ti que eres alguien como tú.
Dime por qué te extraño, por qué tus fotos son una ilusión y tu sonrisa húmeda algo que quiero reproducir hasta hoy, y mañana esa sonrisa será dolor y la causa seré yo, escapo de la tragedia para que no se entrometa contigo el sollozo que lloro por los dos.
Dime cuánta distancia hay entre los dos, cuántas fiestas faltan para borrarte de este rincón, cuándo es que debo rendirme, dime cuántas veces sonreíste de verdad y si puedo ser amigo de aquello que te da felicidad.
Dime preciosa si la noche ha comenzado, si tú alguna vez me has besado, dime dónde andas y si tú también me quieres buscar, cuánto cuánto cuánto habremos de esperar.
Los cigarros anuncian la paz, el sol va saliendo y yo me voy durmiendo, abro las ventanas para escuchar si susurran tu respuesta que no llega y si la dices lo haces bajito como esperando que regrese a tu lado a escucharlo y a tu lado es donde quiero estar por las cosas que nunca hubieran cambiado y por las cosas que nunca cambiarán.
La presión que cae sobre mí es mucha y me duelen los oídos, se van rompiendo mis tímpanos y se va quebrando tu témpano para que no seas tan fría y des signos de vitalidad, de que me extrañas y yo, yo cómo no te voy a extrañar!
Ya mañana me dirás, aunque sé que me miento; que tus labios no se abren para hablarme, que nos gana este orgullo hostil, que te pido tantas cosas con remordimiento porque tú callas porque yo te pedí silencio.
Yo te sueño a gritos que me ames.
Yo te sueño a gritos que me hables.
Yo te sueño mañana para que me digas lo que quiero escuchar porque lo único que has dicho es que tú y yo no somos una realidad, que fuimos algo que nunca contamos y seremos algo de lo que nunca se sabrá, y esa es nuestra sabiduría, callar para no tener que lamentar.
Dime qué fuimos nosotros, que yo no lo sé, de verdad.
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