4/12/07

And so it is...

“And so it is, just like you said it would be”
Damien Rice – The Blower’s Daughter


“Yo solo fui lacayo de un sentimiento del que me creí amo,
hasta que no te amo más hoy como ayer.”



Y así fue que el silencio pasó de noche raudo buscando mis rótulas para que perdiera paso y cayera a tus pies. Así fue, es verdad.
La historia de hoy comenzó en ningún lugar al que siempre volveré para dar gracias, ningún camino me hubiera llevado hacia ella más que la casualidad imprecisa.
Ella vestía de jeans como las mujeres comunes, y es que comun nació.
El, que soy yo, vestía como bestia, y tal vez algo más.
Se conocieron por burlas del destino, y ya no sé si fue la mejor burla hecha jamás, pero aún me produce una que otra sonrisa, no en el rostro sino en el vientre, cosquillas como amor solo que más placenteras.
Ella habló porque él se intimidaba del roce de su voz contra su rostro. Sus rostros palidecieron sequías de ámbitos poco conocidos, ella habló de rabia y él de palabras rameras.
La casualidad eligió un mal momento para unirlos y planificó unirlos más. Dos horas después serían conocidos de buen andar, y dos días después amigos del buen madrugar.
Conversaron a diario como quien no quiere quedarse mudo por falta de habla, se vieron a metros de distancia para mover la mano y saber que la sonrisa de ella podría ser la de él.
La casualidad hizo su trabajo y los dejó andar solos, pero ella fue acompañada, él sólo ando.

Pasaron horas, muchas que con ella eran pocas. Consiguieron afectos de buena fábrica, se abrazaron más de lo suficiente y sin embargo siempre se quedaron cortos en tiempo, él se dio cuenta que se infectó de flirteo y decidió no intentar irrumpir en la ocupación de un corazón que nunca sería para él.
Se marchó, porque él era un trotamundos, viajó buscando lluvia y nieve, buscó dejar paralizado ese amor que lo mueve, lo congeló en las montanas y regresó para nunca querer irse.
Pero regresó.

Su corazón (ella) ya no estaba ocupado y él no pensaba irrumpir porque se sabría enamorado de aquella, y él sabía que el amor no sólo traía cosas buenas. Se besaron como quienes no mueren, y se dieron unos cuantos besos más. Formalizarían todo sin mucho trámite y sin tramitar mucho también terminaron su relación. Los ancestros los conocerían de ahí en adelante como los que nunca mudaron de piel, ambos fueron más amigos que enamorados y enamorados ellos, no supieron de amistad.
Su corazón intento ser ocupado. El, que no escatimó esfuerzo porque más temprano de lo acostumbrado se enamoró, buscó ser su enamorado una vez más sin pensar que se echaría esta vez de menos. Buscó desenamorarse en la misma tierra que ella pisó y al no ser posible huyó con mentiras para ser más conciliador con el deseo de no perderse de ambos.
Pero todos extrañan, y cuando extrañan regresan y cuando regresan buscan lo que alguna vez conocieron.
Se besaron entre frases recónditas y un ya no te amo que fue verdad, y en verdad dejaron su relación para las reliquias y buscaron de forma informal una pasión de ciudad, con pudor y sin daño, como un juego del que no formarían parte, imposibilitados para ser pareja y con licencia para besar, murieron en el pico de la botella y se atormentaron cuando él tuvo que partir otra vez.

El supo que sería difícil estar lejos de ella, y lo fue, por supuesto. Se colmó de monedas para llamarla día tras día y así ella no se olvidara que la mejor parte de él no estaba consigo mismo sino se quedó para mimarla a diario, pero a diario ella iba olvidándose de él. Y él, iluso, se enamoró por segunda vez de la misma mujer que intentaría fuera por segunda vez su mujer. Para llenar su vacío coleccionó sus fotos y la besó a diario, aficionado a su belleza (ella fue guapa cuando quiso), dio gracias a existencias y cantó tras la ventana noche tras noche con los ojos colgados de los postes mirando la pista en el sentimiento nostálgico de saber que ella estaba lejos y él cada día más.
Hubiera dejado de pensar, pero su voz pedía música y se obligó a cantar cada noche por ella, y es que siempre fue imposible arrancar su recuerdo a medianoche, pues todo hombre que mira a altas horas de la noche la pista (cantando) es porque piensa en una mujer.
Y él regresó, como en todo regreso, pensó que todo sería conocido, pero no lo fue. El supo que tendría que porfiar una vez más las dosis de un flirteo poco caritativo y muy daditativo, ella que empañó sus ojos y gritaba que no querría enamorarse de él, le dijo que no a la relación propuesta y él le respondió como él mismo no tenía idea, con amor.
Ella lo besó por afición y él le escribió, en sus estudios, con chocolate un te amo que sería inmortal si no hubiera sido olvidado. Siempre se olvidan los detalles cuando no hubo éxito.
El partiría pronto y ella al día siguiente no se dejó besar. El, lloró ese día porque supo que no sabía qué saber hacer para que sus besos corrieran normalmente por los labios de ella. Ella que quería los besos pero no quería correr, el riesgo a caer siempre hizo que ella mirara al piso y él que ya había caído buscó encontrar en los ojos de ella sus ojos pero ella nunca lo miró como él a ella, él lo supo y no lloró porque él buscó siempre ser feliz con ella, las lágrimas podían aguantarse hasta que desaparecieran, pero eso de aguantar siempre fue una mentira a largo plazo.
El día anterior a la partida ella lo buscó. Creer enamorándose dijo estar, y él estuvo contemplándola, esta historia dolería más porque duraría más, pensó. Contemplativo como sólo él podía estar se dejó ilusionar y ella se dejó traicionar por lo que sentía, su restricción sentimental superlativa había sido vencida y, sin embargo, también sería traicionada por la partida de él, todo se ama más cuando se le va a echar de menos, ella lo sabe.
El partió después de dejar marcas en su cuello y haber partido sus labios, y a ver si es que no fueron felices esas horas! Por lo menos esas…

Pasaron más horas porque el tiempo nunca se detiene. El hubiera preferido la seguridad de haber formalizado con ella y haber fornicado con la felicidad, pero las preferencias de uno no son la de dos, y ella era el par disparejo. Ella creyó estar desenamorándose y él hizo cosas que nunca se sabrán porque nunca fueron relevantes, resaltó su abnegada comunicación todas las madrugadas, no durmió por el temor a tener que despertar y enterarse sin alguna duda que su sueño con ella había sido un sueño nada más.
Pasó cada día esperando a regresar sin contratiempos, con todo resuelto y nada planificado, cumpliría años dentro de poco y lo mejor era que todo corriera sin detenerse porque, de lo contrario, nunca hubiera podido llegar a ese día.

Ella dijo quererlo como amigo y él dijo cuidate, chau, partió a buscar frío y a pensar sin cigarrillos, que hasta ellos lo habían abandonado aquella noche. Decidió que podía luchar por ella, y quién sabe si en contra. Todo había acabado él sabía, nada estaba consumado él decidía. Sin demora planificó su viaje al día siguiente.
Viajó. La abrazó, le dijo que todo valía la pena sin saber por qué, le dijo que la amaba sin saber de amor, y le dijo mil cosas sin saber contar. Interpretó como pudo su mejor papel para dejar en claro que él seguía en camino hacia ella ignorando que nunca hubo un camino. Ella sabía que lo quería y sabía que dudaría pronto. El quizo aprovechar eso, pero para el próximo viaje, un par de palabras más y adiós.

Regresó cuando tenía que.
Un día fue suficiente. Dijo lo que tenía que decir antes que tener que cumplir un año más de vida hiciera tardío el momento. Se apropió con derroche de horarios y se concentró en mover el cielo para que ella entrara en su tierra, y ella entró con mucha decencia y sin licencia para morir.
Se agradeció por ella y por él, se dijeron amores, se retrató el rostro de princesa, y la princesa tuvo que reconocer que él era un jardinero de detalles claveles, significados girasoles y de interpretaciones de higuerillas, un par de rosas en sus labios antes que la besara, voy a seguir intentándolo le dijo, ella lo besó, él se atrevió a pedirle mano y ella le pidió perdón por su beso. Nada más ofensivo que el arrepentimiento de realzar ilusiones.
Borracho de angustia le dijo que no era más de lo que él pudo haberse mostrado, que no cambiaría y que seguiría siendo el mismo por ella, le preguntó si quería ser su enamorada. Ella lo dejó sin una respuesta. Nada menos grato que la incertidumbre.
Ambos tendrían que haber muerto asesinados por imbecilidad, ambos vivieron separados desde aquel día.
El se rendiría al ver la amistad de sus ojos. Ella viviría más de sus antojos.
Ella le dijo no, al fin. El entendió el fin, al fin.
El se victimó a sí mismo más de una vez, pero entendió que ella nunca podría enterarse del mundo que giraría en su interior, ella estaría ensimismada en el mundo que le tocaría vivir, él ensimismado en que ella viviera bien, pero tendría que disimularlo para que ser su amigo no le viniera a mal. Ella quería un amigo, él la quería, ya no importaba cómo.
Resintió un amor que parecía inmenso por buscar quererla como ella quería ser querida, y así fue, sólo como ella dijo que sería.
Entre morir y salir a matar ella prefirió morir, él por supuesto matar muriendo.
Su amor fue agarrado de palizas cada noche para que cada día viviera menos y cada tarde muriera más, todo para ser el amigo que ella quería, porque la amó tanto que sería lo que pudiese ser para que ella fuera feliz, aunque ella no lo fuera.
El, cobarde como se tiene que ser para sobrevivir, se rindió incondicionalmente.
El, valiente como se tiene que ser para vivir por sobre el resto, dijo con verdad lo que todos alguna vez tendríamos que decir: “…aunque sea la última vez que lo escuches de mi boca, te amo, y te digo que será la última porque tendré que dejar de amarte para ser tu amigo y un amigo es lo que tú quieres de mí, y yo solo te quiero, feliz te quiero…”
El partió, y partió el mundo que construyó en mitades para que cada uno (ella y él) tuviera algo de la historia que nunca quisieron correr.
Su despedida nunca lo fue, él se escondería y ella se mostraría, empezaron a rezar y a mirar al cielo buscando la parte que tendría que haber sido para ellos, y es que ese lugar siempre estuvo ahí, pero nunca lo habitaron.
Y él dijo sobre su amor: “…hay cosas que cambian, hay cosas que nunca cambiarán, y hay cosas que nunca hubieran cambiado…”
Y así fue, como ella dijo que sería, pero como no quiso que fuera.

Despecho, por los malos tiempos

*No leer si no se está preparado para las contradicciones*

Hay silencios. La rabia explota en el despecho y se elevan los decibeles hasta que ya no escuchas más.

Cuando los hombres no lloramos frente a ti nos quedamos en la almohada, golpeando al aire y acabando con nuestros sueños sobre un amor erótico, porque eras tan sexy que la líbido onírica cambió sus dimensiones hasta anular su existencia. Cuando nos quedamos sin ti, deseamos tenerte de nuevo. Joven iluso y su amor inconcluso que muta el orgullo para luchar por tus curvas y tu lengua limpiando mi voz.

Hay despecho. La desazón del fin de la pasión. Despecho que nos callamos para que veas que, como hombres, hemos aprendido a afrontar la situación sin derecho a quejarnos. Como yo no sé gritarte porque te amo, aunque amarte duele, te toco y en la fuerza de mis manos expreso la rabia y frustración de saber que esta será, probablemente, la última vez que te puedo demostrar lo que te aprecio. Si piensas que mi mano te toca con fuerza el culo, no te imaginarías la fuerza con que le que te aprecia esta mierda de corazón.

Hay esta mierda de corazón, que se ha gastado la mitad de su experiencia en ti y la otra mitad la ha creado contigo. Contigo, por así decirlo porque nunca estuviste, me enamoré de como vendías tu sonrisa y como mordías mis labios. Nada más provocante que el coqueteo y vaivén de tu baja espalda y de los lunares que coronan tus senos, ay querida mía! no sé si me frustro por todo lo que te quiero o porque quiero dejar de hacerlo.

Hay estas ganas de dejarte de querer. Por tu fama, tu cama y por ser ama de este amor. Por violar todos mis conceptos sobre respeto de pareja y por pendeja que, de por sí, como pareja no me sentías. No sabes lo mala que puedes ser porque, tú que te lo haces, lo haces para sentirte bien y nada que te guste te puede parecer malo.

Hay malas apariencias, como nosotros. En secreto porque si alguien más lo llega a saber, llegará a todos los oídos, incluso a los de tus padres. Las apariencias que metamorfoseas cada semana para que hablen bien de ti y, claro que sí, claro que no hablan de mí porque no me saben parte de tu historia y yo no te sé mas como mujer porque todas se ven más mujer que tú. Pero, ay dios! que ninguna más sexy y es por eso que me importas más, creo.

Hay importacia de más, y por eso te echo de menos. Y menos te quiero, si es que lo hago. Pero te extaño, sin daño eh.

Hay sin daño, y sin razón. La idiosincracia de este despecho es como la de tus besos. La diferencia, mi despecho es muy sincero.

Hay sinceridad. Ya sabes que no miento y, por eso, si te acuso de algo es porque algo habrás hecho con algo, o alguien, y algo tengo que hacer porque este algo que haces, o has hecho, me está afectando algo, pero no te importa, y eso está bien.Hay bien, también hay mal. Yo me identifico con la primera parte, tú quédate con la segunda aunque iracunda te sientas por lo que te corresponda. No te sientas a sentir frustración como yo, que me afecta tu promiscuidad formal. Sin aluciones personales y sin persona dentro de mí.

Hay un mí que ya no es tuyo, ni mío. Hay un mí que no existe porque se quedó contigo y se murió, claro que sí.
Hay un mí que reclama de ti, no sé si porque te quiero o te quiere ver mal, tal vez ya no lo quiere porque mal estás, porque tú sabes que yo era la mejor parte de tu bien. Tú me aceptaste de manera poco ortodoxa y me rechazaste de manera pomposa y qué carajos importa la forma en que lo hiciste, me rechazaste y ya, ahondar en el tema sería para dañarte más, y eso puede esperar hasta mañana.

Hay daño mas, y daño de más, hay más de lo que imaginas en lo que cagaste, digo, negaste. Hay daño cuando la cagaste, para ambos, que significa para los dos que intentamos sufrir de la misma manera aunque, espera, más sufrí yo.

Hay yo, y ay de mí!. Ya no hay nada por decir.
Y hay que decir que ya no te quiero, duh. A lo mejor, te echo de menos.
Y hay que decir que este despecho no es porque tú hayas hecho algo malo, aunque sí, sino por lo que amarte me ha hecho a mí, creo.

*La solucion es el despecho.Y el despecho, el problema.*

Princesa Fútbol Club

En días de fútbol acostumbro a estar tan feliz que a veces me disuelvo en recuerdos sobre ti y aunque es la costumbre ver a mi favorito ganar, mi favorita me hace perder cabeza y me mantiene en la incertidumbre del pensar en que carajos hubiera sido una vida con ella y el por qué de que tus sueños no me dejen dormir.
En días a solas dibujo un sol sobre papel deseando los soles que debería tener, no dibujo corazones porque sé que cada vez que las cosas terminan me toca borrar muchos de ellos, no escribo canciones porque no las oirás y no le pongo puerta a nuestro hogar para hacerte más facil el momento en que huirás. De malentendidos, comprendo; inútil tú me haces feliz unas horas e iluso yo creo que así podré vivir hasta que alguien nos separe y aquello, ya debe habernos separado porque sigo aquí parado sin verte más.
En noches, mientras te pierdo, pierdo el tiempo, mientras te escribo historias intento borrarte de la mía y solito frente a la PC deseo que te pese el que no estemos juntos como me pesa a mí, y cuando sea así, rezaré que nada te pese para que no te arrepientas como yo de haber tomado un camino cuando nos era más conveniente quedarnos parados hasta que llegue un porvenir mejor. Si te extraño, pues qué bien que no te haya olvidado y si te olvido qué bien que ya no me haces mal y si mal me haces, mejor, porque solo le permitiría eso a mi bien preciado que eres tú preciosa. Si vienes es porque te estoy esperando lleno de insomnio y todo brazos abiertos para darte abrazos cerrados y abrir tu corazón para entrar ahí o quién sabe si abrirlo para salir.
En días como hoy, que son días de futbol (mi primer amor), acostumbro estar tan feliz que me acuerdo de ti, porque soy un aficionado a tu cuerpo y aliento al aliento que ya no sueltas por entre mis labios, fanático de tus ojos e hincha de tu corazón, porque te quiero completa es que eres mi equipo favorito una vez más, mi Princesa FC.

No es lo que parece V (y último)

Hay cosas que queman, y a veces dentro del estómago.
Digamos que algo más fuerte que querer quema, se enciende y a veces cenizas deja, estas cenizas vuelan desde mi vientre y llegan a tus fosas, si todo esto se cumple asumo que dentro de ti tienes vestigio de lo que fue algo más fuerte que mi querer.
Ya sabes lo que dicen, donde hubo fuego cenizas quedan. Ya sabes lo que digo, donde cenizas quedan cenizas vuelan tan pronto que no quedará rastro que hubo fuego.

De partidas, distancias y esperanzas - 3

Como si ya no me fueras a acompañar nunca más, le busco compás a mis pasos así distraer lo de mi alma que te busca a ti. Como si ya no me fueras a acompañar porque tú sabes que te quedas y yo sé que aquí no me queda lugar porque no estoy decidido a compartir tu flirteo con muchos don nadies que no te conocerán del todo. Si ellos me reemplazan, go, y si tú me olvidas, go away.
A mí me gustan las despedidas y no me gusta alejarme de ti, que si bien el conflicto ya se ha dado y a tu castigo he sido sometido, que mi adiós es una palabra que no vale nada se quema entre cenizas mezcladas con polvo que se levantan y se prenden del vestido pegado a tus piernas que es donde quisiera quedarme por siempre, porque te he seguido como a mi nuevo país como en un mapa buscando algún tesoro que a veces está en tus labios y a veces en tu espalda, de vez en cuando en tus pechos y más adentro en tu corazón; porque te he seguido desde que conozco tu voz y hasta donde se han gastado mis plantas, sangre en el camino y la piel de mis labios en tu cuello para ser tu todo porque en tu vida está lo que me salvaba como una fuente que me refrezca y un fuerte que me refugia. Que a mí me gustan las despedidas y ha sido mi adiós la frase en la que me ahogo, esa palabra no dice nada pero acabó con todo.
Por la misma razón que te he seguido tanto tiempo es por la que me voy, no me puedo detener querida. Por el mismo camino que he pisado tus huellas y recogido los cabellos que el viento te arrancaba tomaré rumbo para amarte de manera decreciente mientras te veo a lo lejos y tú ves que el ocaso le da el paisaje perfecto a mi escape. Por la razón que se me ha perdido y la corazonada de que te llega alguien mejor que yo, huyo con la certeza de que hago lo mejor y es que de eso se trata, me enamoro y te deseo lo mejor, eso es lo bueno, lo malo es que me iré solo y con la frustración a cuestas, podría ser peor.
Te esperé un año para que el sol caminara lo que tu no supiste andar y por la misma razón que el sol da vuelta a la tierra es por la que me doy vuelta y adiós.
Como si ya no te fuera a recordar escribo tu nombre por las noches, impregno mi aliento a las ventanas y voy recorriendo cada letra como otrora hice con cada centímetro de tu rostro, y todo te pertenece: mi ventana porque me dejas ver lo que hay fuera de mí, mi aliento porque es tuyo cada uno que doy para seguir y tu nombre que tú lo has hecho más importante que cualquiera y ojalá fuera tan fácil escribirlo, y ojalá lo escribieras conmigo. Como si ya no te fuera a querer escribo que te quiero como mierda en hojas que siempre tengo que botar para que mi orgullo propio no intervenga en este juego que mantengo sin ti.
Como si ya no regresara más te he dejado todo lo que tengo, mis bienes ya no valen si no vienes hoy que es viernes u otro día que comience un fin de semana. Que no tengo tanto más que lo que has visto y nada nuevo que no te haya contado, que mi vida se basó en lo que fueras para mí y ahora afuera te has quedado, que si vas a venir a buscarme te voy a esperar y que si vas a quererme yo voy a volver.
Que no estoy del todo decidido, que en mitad del camino me he detenido porque no sé si es mejor dejarte para siempre o tener siempre la oportunidad de volverte a ver, como voy en reversa como quien no ha versado que quedarse callado es mejor que decirte mi verbo muerto que se ha vuelto ese su adjetivo porque una suerte de muerte nos rodea. Que no estamos del todo perdidos, conmovedores cuando estamos solos y enigmáticos cuando estamos cerca, que me importas más de lo que me he dado cuenta y que cuando me haya ido todos te contarán que aún te espero sin esperanza porque no es la esperanza lo último que se pierde, sino la capacidad para recuperarla y aunque no sé como recuperarte, eso hace más fácil dejarte, pero no del todo.

Sobre los sueños en lo bajo del secreto abismo de la alucinación

Tal vez la ficción no sepa nada sobre nuestra fusión o tal vez sepa más de la cuenta, de lo que yo sé, surgió una fricción que nos hizo repulsivos entre nosotros, cada uno riendo lejos del otro pero dedicándole cinco minutos cada día para intentar saber qué pasó y para intentar predecir lo que no pasará. Cielo y tierra pasarán, los años, los baños y los tantos mimos obsoletos ya obsequiados casi olvidados, los paseos por el arco iris y un poquito mas allá, las lágrimas que enjugamos y las frases que no decimos más.
Tal vez lo nuestro fue una ficción que es una fracción de tiempo de lo que a la par será un pequeño, bonito y osado momento de lo que nos queda en la memoria y que no saldrá de ahí ni para realidad ni para olvido.
Tal vez la ficción, que es mis cuatro horas de sueño, me amargan al despertar porque cuando te levantes no pensarás en que empiezas un día sin mí, mientras que yo me resigno a saber que no solo empieza sino que también terminará, ya sabes, sin ti. Tu vas a querer saber de lo que mi ficción se alegra, de las novedades que se regocija, querrás saber si en esa fantasía aún estoy enamorado, si aún tengo a mí un beso tuyo prendido y si aún tienes tú a un lado de tu nombre mi apellido, porque yo sé que desearás que todos los sueños no lo sean más, pero la realidad no entrará en conflicto con otras dimensiones cuando no sean grandes las dimensiones de mi amor, algo que se acorta por tu culpa e ignorancia, que nació de tu sensualidad y lo bello de tu arrogancia, y los residuos de lo que dejaba en mis poros tu fragancia, ese amor que no habita en ningún lado, que te reconoce querida y querrá que siempre seas la querida mía, y mientras más mía más me gustará este sueño.
Tal vez la ficción se haya dado cuenta que aún es mejor que seas una almohada a que uno de estos días no seas nada, ni un motivo para ser mi futura nostalgia, ni cariño, ni cariño ni magia, ni el empujón que me hizo irme ni el masoquismo por el que me quedo.
Tal vez la ficción es un perdón a medias mientras recorro tu rastro sin zapatos, no sé quién debería arrepentirse y quién ha perdido más es lo de menos, si te vuelvo a ver de verdad lo dicho sobre la memoria acerca de que he olvidado será calumnia y yo seré un amante callado resignado a esperar a que este sueño además de canción se vuelva un latido debajo de tu pulmón, derecho desde el punto de vista del que te veo los pechos, lo sé lo sabes son bellos bellos.
Tal vez la ficción sea una hipótesis de lo que a futuro será un espacio vacío en una sección de los primeros amores, hipótesis donde no sabes si es mejor darlo todo que peor es nada, tal vez esa ficción sea un papel gigantezco en el cual escribo con los que nos reconocemos tus ex el libro de tu pasión, una plegaria para tu sensibilidad escrita en una sola línea y derivada a poesía para una reconciliación en potencia. Si en ESA ficción vuelves conmigo, avísame que mientras no seas real prefiero quedarme un rato más dormido a darme una ilusión y luego quedarme, ya sabes ni conmigo ni contigo.

30/11/07

No es lo que parece IV

Vale.
Se ha entrometido pedazo de tu beso a un trozo de un recuerdo que parecía olvidado, mentira pues, porque después de todo yo recuerdo lo que aparentemente no hemos vivido en yo mayor.
Si me vale da igual porque me eres indiferente desde que no podemos solucionar nuestras diferencias.

Vale.
Un canje de sentimientos para ver qué puedes ofrecer además de besos y la situación inmóvil de no volver a estar juntos porque nosotros ya cedimos nuestros puestos y esta confraternidad de música mística y amor sin albedrío ya no está disponible.
Por disposición de lo que sientes yo soy prehistórico a tus amores y contemporáneo con tus errores, que si nos encontramos silentes por nuestros lados y dolente por mi parte, que si he aprendido que todo se ha acabado, que sí me vale lo que venga porque yo voy en el mismo sentido para sentido no darle a la historia que quedó de los dos.

Ahora que esto no vale nada, ya tendrías que entender.

Con mis puertas abiertas (muy cerrado)

Si te vas tal vez yo pero no contigo, de seguro que conmigo.
Si te vas nada cambia y es probable que nadie sufrirá porque tú que te vas lo haces para hacerte bien y yo que tal vez me quede no dejaré que tu ausencia me haga mal.
Si tú te vas no tendrás este sueño, y me lo quitarás porque eres egoísta y aún robado no lo tendrás porque ese sueño solo vive conmigo viviendo contigo.
Si te vas, vete, pierdes el tiempo conmigo porque conmigo no estarás y pierdes el tiempo aquí porque si te vas este no es más tu lugar.

Sin intención

Si por casualidad te quiero tu tendrías que saberlo ya porque no aceptaré ni una vez que me gustas más que una mujer de vidrio que siempre puedo tocar, cuando quiero usar tu boca para escucharte antes que para besar, si por esa casualidad te quisiera tendrás que saberlo y comprobarlo no solo porque no sé a que querer te refieres sino porque no quiero quererte más.
Si por casualidad soy contradictorio es porque no quiero que te olvides que te quiero sin que me duela que no me quieras en el intento, como querer en un corazón de vidrio que en su mayor utilidad a lo mejor lo puedo dibujar.
Si por casualidad te quiero, es incierto y desconocido, como un querer que ignoro cuando te ignoro a ti, que si recuerdo haberlo tenido me arrepiento de haberlo adaptado a mi forma y adoptado a tu potestad, que si ese querer se despierta cuando el sol calienta una mañana se muere cuando se entera que no hay mañana contigo y si la hubiera se suicidará cuando sepa que no habrá sol después de ti, si por esa casualidad el sol calienta mi querer despierta y tú caes en cuenta que este querer existe aún, te lo mantendré alejado como envuelto en un cajón de vidrio al que puedes mirar y así como a mí no me tocó que me quieras, tú mi querer no podrás tocar, digamos que es justo.
Si por casualidad aún te quisiera al encontrarte un buen/mal día caminando por la calle, volando por los aires y arrastrándome por la vida, arriesgándome al vacío y esperándote con silencio (porque tengo paciencia =) / =( ) te entregaría un te quiero a tinta y sentimiento, sin gloria pena o argumento, si por casualidad te enteraras que te quiero aguantando el orgullo lógico será por la casualidad de que a ti te quise a propósito, digamos que eso no es tan justo.

No es lo que parece III

Que si te doy un primer beso que ni dos ni tres veces más pudiera repetir para que no te aburras de lo que son mis labios, que prefiero esperarte a que quieras probar lo de mi boca que precede a la sonrisa de tenerte cerca, si soy tierno besando tú lo sabes, si te puedo besar de nuevo tú lo sabrás.

Que si te doy un abrazo y retiro de tu cuello lo que posa de tu cabello para besarte la espalda mientras mis manos se esconden en lo profundo de tu ombligo y mi pecho en tu torso, y mi amor en tu corazón, que si te abrazo por detrás me muero y si te abrazo por el frente te quiero, te quiero besar.

Que si te acaricio los pomulos te irritas, que si te beso la frente me miras y que si te digo que te amo te intimidas, que si conocerte es lo que hago, que si bien mago intento desaparecer esta imposibilidad para que estés conmigo hoy que lo dudo o un mañana que se podrá, que si te quiero como mierda (pausa) te imaginas, que si te extraño sabrás, que si te beso yo sueño y que si tú sueñas que te doy un primer beso es para no terminarlo jamás.

Ahora sí te dejo entender.

No es lo que parece II

De mí, lo que todavía puedo darte y lo que no me devolverás, el tiempo empleado para este trabajo que es aguantarte y el infierno que debe ser aguantarme a mí.

Si quieres saber, se me ha olvidado nuestra parte de fantasía, no existes como princesa ni yo soy del reino que juré tendríamos los dos. De lo real, que eres bella y como canté aún te doy gracias por existir, tú: de nada, de nada; yo: las cosas que no hubieran cambiado y mierda!, cómo te extraño, de verdad
De lo que sé, inmensa te mantienes por encima de lo que puedo escribir, oculta bajo tu cabello y muda ante algo que no te atreves a decir, no hace falta, yo sé lo que se siente eso y también lo que no pudiste sentir.

De la nada a la nada porque no queda vestigio de lo que fue y en fue quedó, de lo que extrañas la amistad perdida; lo que yo, eso y los besos que nunca borré, de la nada a las palabras porque leerás esto y sé que intentarás salvar algo aunque no es mucho, y es que té me enseñaste que ese poco de ti siempre fue mil veces mejor que nada y si aún te quiero, eso es algo y si me lo sigo callando nunca servirá, de nada.

Ahora sí me dejo entender.

Dime

Dime cuántas veces
Fuera del Resto
Ya sabes quién soy, dime quién eres, dime por qué te he buscado y por qué te has dejado encontrar, por qué no te has escondido antes que yo llegase a llegar.
Si tú lo sabes, confiésame qué fue imposible entre nosotros, yo no lo veo porque mis manos cubren mis ojos y porque nunca he aprendido a mirar.
Yo no estoy muy convencido de lo que sucede, yo no estoy bien y no sé si tú lo estás porque no estás, cargo mi memoria algunos segundos y la corriente no corre en tus antiguos ojos cuando dices mirarme y yo no sé hasta qué punto he hecho mal las cosas para que tú no puedas quererme como yo quisiera que me quisieras, no de la forma que me quieres tú sino algo inferior y, por tanto, más lejos de los ojos ajenos y más cercanos a lo que queda de tu corazón.
Dime dónde te has quedado y dónde te puedo encontrar, dime que duermes bien porque si no podría mandarte pedacitos de sueños, y plegártelos sería compatible porque todos son sueños sobre ti.
Dime qué mierda! Qué carajos ha pasado en la vida que conocía, la que me dejaba ser un soldadito y defender lo nuestro y buscar que solo alguien apropiado entrase a tu corazón que sé que fue mío tanto como tuyo el que llevo yo.
Dime dónde hemos quedado y dónde te has quedado a pasar la madrugada para regalarte un girasol en la mañana y girar a tu alrededor a medianoche, pulirte de besos en la cocina y ganarte porque ya no puedo perder.
Dime si es mi silencio como el tuyo, dime si es mi voz lo que no ves esta vez, dime si no escuchas mi canción y si me buscas cuando te gana el recuerdo y te pierdes en la nostalgia de segundos que fueron más felices que los minutos de hoy, dime si te acuerdas de mi nombre o si recuerdas la clase de hombre que solía ser.
Dime si tus deseos son reales o si te eres infiel a tu condición, escríbelo en tu diario que yo lo robaré cuando haya ocasión, dime si miras tus ojos y sabes que no es la misma expresión, dime si es que alguien intenta invadir tu razón que es mi razón para seguir pensando en ti que eres alguien como tú.
Dime por qué te extraño, por qué tus fotos son una ilusión y tu sonrisa húmeda algo que quiero reproducir hasta hoy, y mañana esa sonrisa será dolor y la causa seré yo, escapo de la tragedia para que no se entrometa contigo el sollozo que lloro por los dos.
Dime cuánta distancia hay entre los dos, cuántas fiestas faltan para borrarte de este rincón, cuándo es que debo rendirme, dime cuántas veces sonreíste de verdad y si puedo ser amigo de aquello que te da felicidad.
Dime preciosa si la noche ha comenzado, si tú alguna vez me has besado, dime dónde andas y si tú también me quieres buscar, cuánto cuánto cuánto habremos de esperar.
Los cigarros anuncian la paz, el sol va saliendo y yo me voy durmiendo, abro las ventanas para escuchar si susurran tu respuesta que no llega y si la dices lo haces bajito como esperando que regrese a tu lado a escucharlo y a tu lado es donde quiero estar por las cosas que nunca hubieran cambiado y por las cosas que nunca cambiarán.
La presión que cae sobre mí es mucha y me duelen los oídos, se van rompiendo mis tímpanos y se va quebrando tu témpano para que no seas tan fría y des signos de vitalidad, de que me extrañas y yo, yo cómo no te voy a extrañar!
Ya mañana me dirás, aunque sé que me miento; que tus labios no se abren para hablarme, que nos gana este orgullo hostil, que te pido tantas cosas con remordimiento porque tú callas porque yo te pedí silencio.
Yo te sueño a gritos que me ames.
Yo te sueño a gritos que me hables.
Yo te sueño mañana para que me digas lo que quiero escuchar porque lo único que has dicho es que tú y yo no somos una realidad, que fuimos algo que nunca contamos y seremos algo de lo que nunca se sabrá, y esa es nuestra sabiduría, callar para no tener que lamentar.
Dime qué fuimos nosotros, que yo no lo sé, de verdad.

No es lo que parece I

... y ya no es más que otro tipo de sentimiento muscular, y como yo dijese ya no es más en el estómago sino un poquito más arriba a la izquierda, aunque esto de a poquitos se va a la mierda.
Quien sepa o no sepa que parece un primer amor, yo lo catalogo mejor como un dolor, pasajero para nuestra sensibilidad y callejero para el hogar que nos queríamos hacer lo dos, y aunque ahora no hacemos nada para no dejarnos, hacemos cosas para perdernos y espero no me malinterpretes, pero preciosa, lo hacemos bien!.

29/11/07

De argumentos desesperados - 1


"Mil pedazos y otros mil para ti, que me partan y repartan,
que dejen en tu lecho mis hechos
y lo que he hecho con este amor se guarde bajo tu techo,
en tu interior"


Y cómo es que dices que ojalá estuviéramos juntos?
Piensa esto.
Busca y mira en cada una de tus manos como han quedado pedazos de pedazos de mis labios, felizmente descuartizados en un trajín intenso de cortejo.
Recoge cada suspiro que he dejado en tu vientre de todas las veces que respiré en tu cuello y hombros, el aire puro de una piel que conocí cuando te conocí.
Guarda mis ojos que colgué en ti por no perder un segundo de tu rostro de princesa, guarda cada imagen grabada en mi retina y observa lo que hemos vivido y lo que hemos dejado de morir.
Por si fuera poco, mis huellas digitales han quedado marcadas para siempre en tu espalda despues de largas jornadas de buenos abrazos y colisiones interminables, mis huellas que ahora marcan tu espalda demuestran que tú me identificas. Siente la textura de cada uno de mis cabellos que se ha enredado con el tuyo y se ha enraizado en tu cabeza y que te canta cuando sales al viento y que intenta que no te mojes cuando te bañas.
Y cómo negaría tu hombro que sabe el peso exacto de mi cabeza?
Y cómo negaría tu hombro que conoce el sabor y la cantidad de mis lágrimas?
Cómo no saber que estoy contigo cuando lees cada papel que impregno de tinta y el sudor de un amor que es mi bien imaginativo?
Cómo no saber que estoy contigo si cada noche te mira un ángel que nunca cierra los ojitos cansados y vigilantes?
Que tus mejillas te confirmen que siguen ruborizadas de tantas veces que han quedado prendidos de tus ojos mis ojos, y prendados de tus labios mis labios.
Que se revisen tus pestañas que reflejan el brillo de mis pupilas cuando te veo sonreir.
Busca cada testimonio de un amor que dejé más en tu lecho que en el mío, porque este amor es tuyo en exclusivo.
Es más, piensa esto.
He sido un jardinero.
He plantado en tu cuerpo mil flores de cien colores.
He descubierto para ti girasoles atornasolados.
He dejado en tu corazón mi amor en higuerilla.
Y me he dejado yo para que no pienses que no estamos juntos.
Por eso no me siento con soledad. Porque siempre me quedé contigo, así no tengo que pedir que me acompañes a estar un poco más solo.
Y por las noches viajo por el cielo a dormir contigo.
Y que no digan que no sientes que estoy a tu lado porque sabes que cuando hay frío hay yo, porque estando contigo, yo soy tu abrigo.
Y no pienses nunca que no estás bien amada porque en esto no te respaldo puesto que me he delatado en un te amo, aunque no sea yo tu amigo ni tu mi enamorada, aunque de mi testimonio queda poco y de nosotros queda nada, y es que eso no es importante para la tesis de mi buen amor, mi bienamada.

27/11/07

De Amor Corajudo

Tengo un amor de aquellos que solo conoceremos una vez y del que luego vamos a negarlo más de tres veces.
Tengo este amor, necio y testarudo, un pecho que juega a eutanasia sabiendo morirse de olvido y solitario él sabe que no puede autorizar su muerte solo. Tengo este amor que, como quien no sabe, es negligente y calla cuando no debe y habla cuando no quiere, dice barbaridad y media para disfrazarse de una indiferencia que ni yo mismo sé tener y ante la promesa de volver mi amor un desamor surge el problema que quisiera borrarte de todos los lugares y ni siquiera puedo sacarte un poquito de mi corazón.
Tengo este amor, demente. Mira lo que no debe y toca lo que no puede, y aún así ciego (como todo buen amor) sigue el rastro y aroma de lo que no pudo ser tu amor. Tengo este amor imbécil, iluso, que ante una pequena casi nula dosis de esperanza se sujeta para no volar y se flagela para no empezar, se atormenta buscando maneras, métodos y formas para que ella sea feliz sin mí, pero sincero como solo yo sé mentir, este amor no puede arrancar el deseo de sus arterias, de mostrarte cada impulso y retenerla en mi retina y en este iris que tengo tan negro de haberlo quemado cerca de ella y aunque no es como luz del sol, solo quiero que ella me alumbre, como quien juega con fuegos artificiales porque no puede jugar con estrellas.
Tengo este amor, salvaje, con ceros de pensamiento y con algo que de por sí se multiplica. Un amor que no he calculado desde que lo alumbre y que ahora es incalculable, una sensación que me llena y que cuando me deje será un rotundo vacío. Y eso será soledad, pues este amor me acompaña y aún sabe tu nombre, babea tus besos irrepetibles por las noches y convoca a los fantasmas del pasado a darse una fiesta con mi tranquilidad.
Tengo este amor activo que me mueve órganos al vaivén de las hojas de un invierno que me da calor, y yo tan pasivo que al roce de tu voz con mis oídos me planto en un rubor incoloro que se ha camuflado para que no te enteres que me averguenzo de no ser un amigo para ti, estos brazos cobardes que te aprietan a mi pecho para que mis ojos se sientan libres de llorar ocultos y mis costillas se pierdan en el deseo que no te alejes nunca.
Tengo este amor, que es para ella, para ti, que no importa si te (le) hablo en segunda o tercera persona cuando bien se sabe que tu sitio es la primera y aunque hasta ya olvidé cuando te besé por vez última, no han importado las veces sino la forma, aunque esta forma ya no tenga materia.
Tengo este amor, natural, de los silvestres y por tanto no tengo que cuidarlo para que crezca bien solo, y aunque crece no madura y aún le corta venas a mi corazón. Y mi corazón , orgulloso, no grita ni por dolor ni por cosas que de verdad son motivo, callado respira y transpira y aunque caiga enfermo, sabe que este amor no respeta sus límites y no tiene remedio.
Tengo un amor longevo, más viejo que cualquiera de los que he tenido el disgusto de ver, sin duda ha crecido más que sus antecesores y de hecho es menos sabio que sus ancestros, se alimenta de nada y empieza a joder todo, ha entrado en pánico y opresiona el pecho para poder salir, yo mientras tanto lo mantengo oculto porque todo gran amor construye mucho o destruye todo y yo no juego a las posibilidades con un amor imposible.
Tengo este amor que no sabe de donde vino y claro, no sabe a donde va, solo sabe que yo ya me fui y lo abandoné a su suerte, sabe que tú no lo cuidarás, sabe que se siente solo y no se queja porque no sentirá remordimientos en el momento que me deje así.
Yo y este amor, batallamos juntos pero no somos iguales, yo prefiero la paz, y el amor (como todo amor) prefiere la guerra, yo me rindo y el muere en batalla no sabemos si de pie, yo he huido para vivir, este amor no podría huir porque se ha enamorado de ti. Yo tengo este amor que alguna vez hubiera querido saber que tenías tú, un amor ignorante que de errante sólo donde no supo posarse en ti, que de farsante lo que fingió para no quererte herir, que de arrogante lo que pensó que había ganado de ti y de flagrante el simple hecho de ser para ti.
Yo tenía un amor que quiso morirse de olvido pero nunca perdió tu recuerdo. Yo tenía un amor que quiso morirse de lo vivido y por eso siguio viviendo. Yo tenía un amor que un buen día se sentó a esperarte hasta que se murió, se murió de sueño.
Yo tengo un amor dormido.
No! Shhhh!
Déjalo descansar.

25/11/07

Tururu

Yo te hago daño.
Improperios que no puedo controlar escupo desde mi garganta para estrellártelas en la cara y en el aprecio que te quede para mí porque estoy rabioso de una mordida hacia la mano que te quiso acariciar.
Es la reacción natural, el instinto animal de defensa ante el estímulo ofensivo. Es de quien acostumbra a tener de ti cada día, y cada día te voy perdiendo más porque perdiéndote no tengo nada que perder. Es la reacción a la desesperanza de haberme sabido en tus labios y muy sabida tú arrancarme de la punta de tu lengua para siempre o para nunca jamás.
Es lo infructífero de haber compuesto mil y un melodías cuando tú cubrías tus oídos con cerilla, y es que todo sería música si mi mejor oyente me oyera.

Yo te hago daño.
Provoco el mojar de tus ojos poco misericordiosos y menos compasivo yo ni intento secarlos, revienta candela, golpea el trueno y yo me quedo quieto en silencio, me doy la vuelta y adiós.
Pido dos cafés, uno para mí y el otro para ti aunque no vayas a estar al frente mío ni ahora ni nunca más, no quisiera endulzarlo mas sí derramo lágrimas para quitarle el sabor amargo, a la noche.

Yo te hago daño y tú dijiste que sería así, qué miedo!. Yo intenté negarlo mil veces y es que enamorado me contuve de ofenderte y ahora quedado de Dios me reprimo el quererte, como si yo pudiera. Yo te hago daño y tu gritas que lo amas de verdad y yo empiezo a pensar que mi amor parece una mentira, tú gritas y yo escucho en silencio escondido entre las estepas, dejo a buen recaudo tu sentido, corro por detrás del biombo y me marcho entonando no sé si con tristeza I love you so but if he loves you more, go with him...
Camino más cuadras, pido dos cafés y me voy, estos son para ti y para él, y aunque estén ausentes yo invito.

Yo te hice daño y para no seguir haciéndolo me fui, me voy.
Tal vez por tu bien, tal vez por el mío, tal vez conciliador, tal vez para ser un traidor y aun tuyo me despertenezco; y trotamundos yo, ya no estoy ahí. Camino cuadra y media y pido un café, me mira la mesera y me pregunta, por qué no dos?, jodido ante la inoportuna intervención pido uno más y me pregunta, por qué dos? y yo le digo, porque estoy solo yo, y mi voz.

Yo te hice daño pero acepto y tendrás que aceptarlo también, que el daño era inherente a nosotros, y aunque no es la primera, tampoco será la última, y si de ti me alejo nunca te llegaré a sanar y aunque se truncó mucho por lo sano aún te tengo este aprecio enfermo y si mil veces te hago daño, dos mil habré besado tus heridas mientras no sean en tus labios, que los tengo prohibidos.

Camino dos cuadras y pido un café mientras mi voz sale a fumar un cigarrillo entonando I love you so... tu ru ru.

Ayer

Siempre hay noches como la de ayer. Un vacío a sensación de feeling que carcome de a muchitos cada pedazo de mi sistema de defensa contra la nostalgia. Noche como la de ayer en la que un pedazo de canción cortavenas es más fuerte que la voluntad de mis brazos para no cortar lo que me queda de ti.
Un vacío a sensación de feeling que hace que noches como la de ayer perduren en la memoria de las cosas que no pensé hacer hasta que pensar fue tardío. Siempre hay noches como la de ayer. Un rincón a comparación de sueños, mis fantasías de transportador de aventuras hacia tu puerta amor mío, porque nunca saldrás de donde estás encerrada, yo te llevaré cada pluma de las cien alas que necesites, y mi rincón de sueños será para ti en noches como la de ayer. Un rincón a comparación de sueños, las esquinas de todos los cuartos en los que me he escondido para soltar lágrimas que han lavado una y otras veces mis pieles que han mudado tantas veces como las que te he querido.

Siempre hay noches como las de ayer. Yo no sé de amor, que eso ya es mucho para mí.
Me reconozco enamorado de algo más que tus sonrisas, eres tú casi completa, eres tú sin tu presencia, oh que me muero de nostalgia!
Me reconozco enamorado de una mano tan tuya como tus labios sucios de mis besos, me reconozco enamorado de un cuerpo que aprendí a tocar a ciegas y me reconozco ciego para encontrar un camino que me acerque más a ti.
Siempre hay noches como las de ayer, cuando me doy cuenta que me he enamorado como la última vez, menos mortal, más precavido, sin parecido a mi pasado, y aunque has sido, haré que seas de nuevo, porque quiero vivir más de una vez; contigo.

Siempre hay noches como la de hoy. Un vacío a sensación de feeling que recorre arterias de nostalgia, se llenan vasos de una agonía a medio vientre y se humedecen los ojos ante una inesperada sesión de lágrimas que lo único que hacen por la vida es caer una y otra vez, mientras muda mi piel, oh que me muero de nostalgia!
Un vacío a sensación de feeling me hace prender de madrugada el ordenador y se da inicio a la tempestad de imágenes que guardo de ti, reviso una tras otra sin saber si ya las he repetido, busco en una y en otra en cuál te me has perdido. Sin más pensar, que solo siento, beso la pantalla buscando tu mejilla a todo rubor, sin menos prisa beso tu cuello en blanco y negro. Recapacito y tomo un cigarrillo presto a ser consumido, camino hacia la ventana buscando que me dejen ciego las farolas que se encuentran afuera con mas frío que yo, miro al cielo que aún guarda tu estrella y se que sería inútil resistirme, volteo a sonreir a tu retrato, camino más rápido que de costumbre, me inclino y doy un beso en tus labios de los cuales no tengo idea del color porque cerré los ojos para besarte como me hubieras besado tú, y un vacío a sensación de feeling hizo una noche como la de hoy que como la de ayer, será especial una y otra vez.

Siempre habrá noches como las de ayer, en las que no estarás pero te besaré, solo a ti.

15/11/07

Tormento

A veces es fácil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo, casi conmigo.
A tiempos lejanos busco loarte aún, nunca fue demasiado para ti, eras guapa, tal vez lo eres, pero no has estado a mis ojos desde tiempos inmemoriables que aún recuerdo. Fuimos dos perdidos de la noche, nadie nos quiso ver nunca porque faltábamos a la triste moral de los amantes. Nos besamos día y noche, nunca más de lo suficiente porque nunca fue suficiente para nosotros.
La luna, la cerveza y las sábanas rieron con nosotros, rompimos cristales, apelamos al tacto y terminamos mirando el reloj para darnos cuenta que el tiempo pasaba mas rápido de lo que avanzábamos nosotros, sería todo dejado para otro día que nunca llegó.
Fuimos pareja, que si bien no recuerdo que significa eso, sé que era de dos, y nosotros nos contábamos así, aunque siempre pensé que nos habiamos vuelto uno; uno nunca sabe si uno piensa que igual que su contraparte, y aunque fuiste mi parte no fuiste igual a uno como yo.
Fuimos pareja, buscamos lagunas que se van secando y dunas que van dejando arena regada en el viento, nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad y la oscuridad se acostumbró a nosotros, nos cubrió de mantos opacos y nos dejó pasar el tiempo más lento hasta el amanecer. Fuimos cómplices de lo que existe, y de lo que no.
Fuimos frágiles, y es por eso que es que se escriben mis cartas hacia una mujer como tú, qué mujer has sido!, porque rompimos. La fortaleza nunca fue nuestro fuerte, la destrucción siempre fue lo que buscaron los demás y lo que nosotros conseguimos, terminamos sin guerras sino con acuerdos de paz sin haber luchado, fuimos inconsecuentes e ingenuos para saber que tú y yo tendríamos que haber estado más juntos para entender que no podíamos separarnos. Fuimos frágiles, que fácil es atormentarse después.
Fuimos seducidos por tu sonrisa, yo fui el culpable de dejarme caer, y es que el suelo que tú pisabas resulta atractivo aún, estoy grave de esto que me apega a ti (y que me despega de ti), no sé si amor, no sé si querer, sé que es para ti que eres frágil, sé que hace facil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo, casi conmigo.
Qué infortunio que cuando nos encontramos en situaciones perfectas para los besos, tú no eras tú y yo no fui yo, y desde ese entonces no lo he vuelto a ser. Qué infortunio que mis anhelos de tenerte no fueron los más oportunos y qué oportunidad de amar que estoy perdiendo. La tensión se va elevando y yo me sigo alejando, el tiempo va pasando y veo el reloj para darme cuenta que el tiempo pasa más rapido de lo que yo quiero. Rompo cristales. Apelo al tacto, solo para acariciar mi cabello y pensar que es el tuyo, miro de madrugada por la ventana las estrellas que no se ven en un invierno que está nublado, imagino que estas por encima de una nube esperando a que salte, y es que saltar de la ventana sería un suicidio, y volver a quererte también. Sin embargo aún no te puedo volver a querer porque te sigo queriendo y eso no ha cambiado ni un segundo, un problema que no es problema y, por tanto, no tiene solución.

A veces, es fácil atormentarse recordando temporadas que pasé contigo. Dímelo a mí! Pero qué sería del infortunio que compartimos si no compartimos también los recuerdos? Yo sé que piensas en mí, nunca tanto como yo en ti, pero si no te recuerdo tú tampoco, y si no te quiero tú tampoco. Y aunque tú me quieres y yo te quiero lo nuestro no es, no será, ni fue, porque cuando vimos el reloj tuvimos tiempo para defender lo que los demás atacaron, pero el enemigo fue más fuerte y nos unimos a ellos, y ni tú ni nadie puede cambiar una guerra que nunca fue nuestra pero como toda guerra, afecta a todos.
Fuimos pasado, ninguno está presente, y del futuro no sé decirte nada. Fuimos pasados por alto y por lo bajo fuimos pisoteados. Fuimos pasado, el reloj nos adelantó muchas horas y se hizo tarde para nosotros, quien diría que luego sería fácil atormentarse recordando andanzas contigo? Tú dijiste que olvidaría rapido, que rápido encontraría amores y burdeles. Es una suerte que siempre te equivocas, que tu percepción del mundo percibe mi querer como una mentira que nunca es seria, y es que tú nunca quisiste amor de mi parte, tampoco quisiste mi arte, no quisiste entender porque entenderme hubiera sido peligroso, y es que de peligros siempre vivimos y por evitarlo nos alejamos y por alejarnos ya no nos protegemos.

. . .y yo te abracé, besé las brasas de tus mejillas, tus ojos nunca miraron mis ojos, mis labios solo miraban tus ojos, tu cabello, muy amable, esperó el momento justo para despeinarse, yo esperé el momento justo para acariciarte y tú el momento justo para dejar que te besaran.

A veces es fácil atormentarse pensando si no debimos, tú lo piensas aún, yo ya no.
Quise encontrar seguridad a tu lado y dejé de arriesgarme, y aunque nada se consige sin riesgo, nada se pierde sin él. Fuimos tragedia, a mis ojos, nos entristecimos intentando ser felices, nos mudamos de situación y ahora estoy aquí, donde es fácil porque soy nadie. Tú aún estás allá, donde eres una princesa y te es fácil porque no te atormentas recordando temporadas que pasaste casi conmigo.
Fuimos perdidos de la noche, pero a ti ya te han encontrado. Yo soy un perdido de la noche, culpable de parte de tu destino, inocente de este tormento. Veo el reloj, suenan cinco campanadas mientras aullan los perros callejeros, se hace tarde (ni qué dudarlo), busco estar solo y aun si no fuera así sería difícil buscarte una copia, y es que eres la única manera que existe para mí aunque no exista forma de tenerte, y es que siempre me serás difícil y seguiré atormentándome recordando temporadas que pase contigo.
Y sera facil, para ti.

Ventanal

Sentado tras el ventanal, con una cerveza entre las dos manos, una para sujetarla, la otra porque no tiene ya nada mejor que hacer. Las piernas cruzadas encima del respaldar del sofá, mirando al techo rugoso a punto de ceder bajo el peso de un cielo que ni más estará en lo alto. Las cortinas abiertas lo suficiente como para que ella vea que yo veo cuando pase por mis sitios, cerradas lo suficiente como para que nadie más se entere de que vivo borracho y sediento de esperanzas narcóticas.
Los ventanales que aún están sucios pero me dejan ver las estrellas con un cielo nublado y unos vidrios que casi no son transparentes y yo que casi no estoy mirando, pero estoy. Sentado tras el ventanal cuando acabo de quedar solo, cuando solo no necesitaba estar.
La búsqueda inconsciente de un futuro, la fe que ya he perdido, los gritos renegando a alguien que ni culpa tiene y ni sabe lo que pasa, el amor que si amor fuese aún estaría aquí ayudándome a no olvidar que soy feliz. La mesa a mi lado que es mejor compañera que las muchas mujeres que han pasado por aquí, no me ha dejado, filtra sus líquidos por ella para beber conmigo, mi compañera de resaca y la resaca que no duele sino gusta.
Sentado tras el ventanal termina la historia que nunca debió empezar, y obstinado contra los dioses y destinos que no me pertenecen busqué por cuenta propia, y fui encontrado por cuenta ajena, y los labios que no saben si unirse y luego no saben si separarse, hay que darles tiempo para ver si aún existen, hay que darles tiempo para ver si aún se puede ver, una vez más.
Las luchas en silencio, el daño sin querer queriendo, las lágrimas que nunca deben caer por orgullo y el orgullo de haber vivido más de la cuenta, como siempre, casi.

Sentado, ya no se si tras o delante del ventanal, la cerveza se me acaba y el alcohol aún no termina conmigo, sigo vivo y consciente, los pocos humos de mis muchos cigarros hacen más nubes hacia un cielo que ya deje de ver porque esta más alto de lo que puedo llegar, osadía de aspirar por arriba de lo que mis pies pueden saltar y hastiado de conseguir por abajo de lo que mis pies pueden pisar. La repugnancia magnética, lo que atrae mi cuerpo, lo que atrae mi mente y mis palabras que salen hacia el aire porque les da miedo caer hacia el suelo, lo que atrae mi musica y las melodías baratas que regalan centavos a un bolsillo que no necesita pero se encandila dentro de la vanidad figurativa.
Todo lo malo que se atrae, lo interesante que se consigue y lo que te deja. Te deja al vacío esperando la luna llena en días de solsticios equitativos, equinoccios soleados en lo que más se puede. El tiempo que nunca llega hasta que es muy tarde, los uno, dos, tres días que recuerdas y los cuatro cariños que se esconderán tras la almohada, los finales tristes que no tienen final, la maldad que se mete en nuestros poros, la humildad de reconocer que uno está enamorado y la vanidad de estarlo.

Sentado, sentando ideas, pensando hasta quedar somnoliento, bebiendo ya el ultimo sorbo porque siempre es bueno acabar antes de dormir y siempre es bueno dormir antes que acabar, dando la última pitada de lo que se llama fumar a lo que se le llama cigarrillo, desnudándome para tomar un baño de lágrimas, llegando por las escaleras hasta un sofá que de recuerdos me mata y que de descanso me colma, el intermedio de una travesía peligrosa hasta mi dormitorio que ya no me quiere ver mas que para acostarse conmigo, la llegada a mi puerta antes de caer rendido y de rendirme sin haber peleado por lo que quería. Y es que así es mejor para los dos, o para mí solo; es mejor porque eso fue lo que dije y cuando se trata de salvarme no me equivoco, aprender a defenderme sin atacar y aprender a atacarme cuando nadie puede verme ya, la ironía de quererte y el querer ironizar lo que me queda en estos fines de semana que no solo terminan con estos siete días.
Sentado, tras otro ventanal, en mi cama, sin cerveza, sin cigarrillos, sin luz, sin calor y sin nada de eso que sirve para satisfacerme; me quedo en silencio para darme tiempo, y para darte el tiempo que tú necesites para terminar.
Acostado, mirando al techo mirar, esperando que el tiempo pase sin verme, así ya no tener miedo de ver hacia atrás.
Acostado, mirando lo que recuerdo de la mar, esperando que pases tu tiempo sin verme, así ya no tener miedo de terminar, una vez más.

Así empezó mi noche... ojalá fuese viernes

La noche tiene nombres y significados ocultos en la oscuridad.
Uno de aquellos nombres siempre se me olvida, y es que para nombres siempre fui malo, pero algo que recuerdo bien, es que ese nombre aún suena a suerte de tambores en una parte de mis intestinos, una cosquilla gigantezca que solo crece cuando otro ser con un nombre que valdría la pena mencionar si estuviera aquí se acerca.
Creo que se llamaba amor.
La noche tiene nombres como amor, y significados que se ocultan (por supuesto) mejor que los nombres, en la oscuridad.

Ojos de Horizonte

Me han dicho que tienes ojos de horizonte, no les creí hasta que llegó la tarde, cuando caía la noche, mucho más rapido de lo que se levanta. Arriba el occidente!
Me han dicho que tienes algo de mar, tu sal y mala suerte, tu espuma que solo existe cuando terminas, tu aroma a lobos marinos y a delfines de infinitos, caray tu humedad y la de tus labios, caray que yo te amo.
Me han dicho que cantas en las playas, que eres sirena, que eres arena. Tal vez seas canción y mar, sirena, arena, mi reina, reina morena, bronceado de guerras de soles, y el sol es amor, amor es la luz y la luz el sol, todo uno, uno y trino, sangre y vino, tu mi religión de cánticos de playa.
Me han dicho que eres fuerte como las olas, fría como viento de invierno y mañanita, esperanzadora como cada nuevo día, horizonte en el ocaso y mi amor cada noche, luz cada día, belleza en tu imagen, auge de la retina, silence.

Buenas tardes, soy yo y llego cuando usted es usted y yo creo que lo es, porque sus ojos no me engañan, eres mar y he escuchado tu cántico en el ocaso antes de nadar en ti.
Soy yo y quiero decir que aunque yo no lo sepa, se que algo quiero y en algo la quiero. Beso.

Buenas noches, sé que algo he querido y en mucho la quiero, y desde este segundo la espero hasta que vuelva mañana al ocaso con sus ojitos de horizonte y con la promesa de que cantará la canción del atardecer.
Beso.
Silence.

(Y todo porque la vida se bifurca en bifurcaciones bifurcadas en divisiones divididas y asi sigue, créeme.)